
Qué hago si mi gato convulsiona
Cuando decidimos adoptar un gato, adquirimos la gran responsabilidad que conlleva su cuidado. Preservar la salud y bienestar de estos tiernos compañeros, nos garantiza su compañía por muchos años para disfrutar de sus juegos y brillante personalidad. Es por esto que cuando observamos algo inusual, es normal alarmarnos. Ver a un gato convulsionar no es una experiencia grata, y puede ser signo de que algo no va bien con su salud.
Conocer las posibles causas de por qué tu gato presenta este trastorno, es fundamental para saber cómo actuar.
Causas de las convulsiones en gatos
Las convulsiones en los gatos pueden originarse por diversos factores. Algunas patologías se manifiestan de esa forma, y a veces se confunden con epilepsia. Esta es una enfermedad poco común en felinos domésticos, pero resulta muy seria cuando la padecen. Se produce debido a una alteración cerebrovascular que genera estos espasmos. Según el portal Nutro.es, esta afección se da por varios motivos, tal vez se trata de un desarrollo anormal del cerebro o enfermedades subyacentes.
Sin embargo, la epilepsia es una condición de por vida que no tiene cura, y las convulsiones son parte de los padecimientos de la enfermedad. En cambio, existen también otras causas que generan los temblores, como problemas metabólicos, enfermedades hepáticas, alteraciones en la tiroides, alguna infección o leucemia. Asimismo, podríamos estar frente a un caso de intoxicación, bien sea por algo que ingirió el animal, o por químicos en los detergentes.
También es posible que se deba a tumores cerebrales, deficiencia de vitaminas, parásitos o reacción negativa ante algún medicamento.
En caso de convulsiones, es primordial que tu gato reciba la asistencia médica pertinente, ya que puede tratarse de alguna patología complicada

¿Cómo identificar una convulsión en un gato?
Presenciar a un gato convulsionar no es una experiencia agradable, puesto que presentan movimientos repetitivos fuertes, e involuntarios. En ocasiones, pueden incluso perder el conocimiento. Los espasmos musculares tienen una duración de entre 1 a 3 minutos. Debemos observar muy bien la conducta de nuestro gato en todo momento. Esto debido a que antes de que se produzca un episodio de convulsiones, el felino podría manifestar otras señales, como inquietud, o quizás se esconda.
Otros síntomas presentes durante una convulsión son el exceso de salivación, que se orine o defeque inconscientemente. Rigidez en el cuerpo y pérdida de equilibrio, además de movimientos bruscos y agitados de las extremidades son otro de los síntomas.
Qué hacer ante un episodio de convulsión de mi gato
Lo primero que debemos hacer es mantener la calma. A pesar de que es una situación alarmante, lo mejor es no dejarnos ganar por el nerviosismo, para no empeorar las cosas. En Experto Animal recomiendan evitar hablarle al gato, llorar y mucho menos gritar. Aunque caigamos en desespero, este tipo de acciones solo empeorarán la crisis, ya que alteran al felino.
Lo siguiente es asegurarnos de que no haya ningún objeto cerca que pueda dañar al gato. Si se encuentra en un lugar alto como un mueble, hay que procurar que no se caiga, de no ser así, es preferible no tocarlo. Si lo hacemos incorrectamente, corremos el riesgo de que reaccione de forma agresiva, pues actúa inconscientemente.
Bajo ningún concepto intentes medicar a tu gato, ya que al desconocer la causa de la convulsión, puedes poner en riesgo su vida. Solo debes hacerlo bajo la supervisión de un profesional. Tampoco le ofrezcas comida o agua al menos hasta que pase la crisis e inmediatamente que cese el ataque, acude al veterinario.
Consejos a seguir ante la convulsión de tu minino
Siempre ante cualquier anormalidad que presenten nuestros felinos, lo más recomendable es consultar con un experto. En caso de convulsiones, es primordial que tu gato reciba la asistencia médica pertinente, ya que puede tratarse de alguna patología complicada. Un diagnóstico temprano evitaría complicaciones más adelante. De todas formas, no está demás vigilar su alimentación, mantener sus vacunas al día y realizarle exámenes rutinarios.